PINTURA POETICA
Una visión de la plástica
Las corrientes en las artes visuales son un ir y venir de complicidades entre creadores y receptores. Recursos e información son harto complejos. Vivimos tiempos punzantes, los movimientos artísticos lo sufren, reflejan las formas de vida, el ambiente, la desorientación, las dificultades de desarrollo. Hay que tener un buen discernidor para elegir el alimento de nuestro espíritu : qué vemos, qué escuchamos, qué leemos. Es necesario un estómago fuerte para digerir lo que sucede, procurarnos blando el corazón para que no se quiebre, un buen hígado para filtrar las frustraciones, en fin, vísceras que no cedan al manipuleo de los medios. Fortalezcamos nuestra mente para procesar con acierto la información elegida, la historia, las emociones. Y sobre todo, requerimos cada vez más de un espíritu henchido de intuición y de fe, que mueva con energía el cuerpo y nos forme como seres humanos, y como artistas, porque a final de cuentas, el arte en cualquiera de sus manifestaciones, es posible gracias al conocimiento, al cuerpo, los recursos, el autoconocimiento y la energía creadora
Cuando me expreso trato de ser clara, entonces vivo una sensación de alivio y salvación:
El amor es una luz que estalla
y que esparce polvo como diamantina en el aire
a pleno sol a plena noche
y que envuelve y eleva como un ángel.
En realidad, soy espíritu, sentimientos, intelecto:
¿ Ves más allá del cyborg que sueña exóticos
negocios del arte actual contra barbaries en dígitos y vísceras humanas?
¿ Sabes cuándo seremos plenos como una estrella antes de su estallamiento?
También pinto con el cuerpo, agradecida, porque nací sin causar dolor-dice mi madre- rápido y avispada, para crecer entre paisajes desérticos y un cielo amplísimo, estrellado, rodeada de horizontes; con el recuerdo de pinchazos de altos y gordos cardenches, la necedad de la juventud entre púas de azoteas y hermosos rascacielos.
Hago tratos con la poesía y la pintura, literatura como elemento plástico, o como atmósfera estética, el poema que procura el placer y el entendimiento de lo bello, que entra por los ojos.
Soy pintora, y lo más probable es que no se aprenda a ser artista, pero sí a ser pintor, y a entender el misterio de las complejidades del arte, de los procesos creativos, y de las culturas.
Cultivarse no es informarse, son dos cosas distintas, pero las dos imprescindibles. Si vamos, en principio, hacia una formación más que a una información, iremos por el camino de la evolución del individuo, y del ser artista, que lleva implícito el cultivo de ese ser interno que pide a gritos conocimiento, sólo así, creo, podremos hacer arte y elevarnos.El amor enseña y ayuda a vivir en paz en el ambiente, a encontrar sitios inimaginables desde donde el corazón puede establecer la auténtica función del arte: acercarse al ser humano, a ese “otro” que somos todos, quizás para unirnos en la complicidad y credibilidad de que la evolución humana, o nosotros como obras de un creador ( quizás) aún no somos terminados.
Olivia González Zamarrón